El masaje sensual puede entenderse de diferentes maneras, por ejemplo, como parte de un todo donde ocupa un segundo lugar o como el eje central de una sesión de relajación.
Por supuesto nos referimos al que se podría catalogar como masaje relajante, masaje sensual o masaje erótico, pero no al masaje terapéutico, por tanto, hoy vamos a enfocarlo desde el primer punto de vista, en el que el masaje queda relegado a un segundo plano en importancia pero que a la vez, se produce primero y se convierte en parte fundamental de ese todo, nos referimos a los preliminares.
El papel de los masajes en los juegos y preliminares.
Si la estética tiene un valor es el de hacer que una forma, un color, una dimensión o cualquier otro atributo resulte más satisfactorio a los sentidos y por tanto otorgue un mayor placer con su contemplación.
Esa es la función de los preliminares, porque si un vaso es simplemente un vaso para beber, gracias a un cristal finamente tallado, se convierte en una experiencia distintiva y diferente.
Así, los preliminares preparan para una relación íntima y consiguen que sea más satisfactoria e intensa si cabe, siendo el masaje, una de las mejores maneras de conseguirlo.
Un masaje sensual que no atienda zonas directamente erógenas puede ser tanto o más efectivo que un contacto más directo porque consigue varios objetivos a la vez, en primer lugar, puede producir excitación, pero a la vez relajación, que es un elemento importante en todo acercamiento.
El masaje sensual como primer contacto.
Por si fuera poco, el masaje sensual permite comenzar un nuevo acercamiento de una manera gradual.
Por ejemplo, entre parejas que no se conocen todavía demasiado bien, que lleven poco tiempo juntos o que sean tímidos y que quieren explorar sus primeras sensaciones.
Así, el masaje sensual se convierte en una herramienta erótica para comenzar de una manera lenta y “disimulada” y que permite iniciar ese contacto en partes no erógenas pero que sí están cargadas de una gran sensualidad y de ahí pasar a algo más íntimo.
Este efecto gradual se puede manipular de diferentes maneras y así ir tanteando las reacciones de tu pareja para conocer lo que le gusta y lo que no.
La prolongación de lo inevitable a través de los masajes eróticos.
Si uno de los motores de las relaciones sexuales es alcanzar el climax, seguro que todo el mundo está de acuerdo en que prolongarlo lo máximo posible forma parte del objetivo.
Para ello, los preliminares en forma de masaje permiten jugar, explorar y volver a comenzar, casi de manera indefinida para retrasar lo inevitable.
Lógicamente hay que conocer el “timing” o el ritmo de cada acción porque extenderlo durante demasiado tiempo puede ser contraproducente del mismo modo que hacerlo demasiado rápido, pero esas son cosas que se aprenden con la práctica y de la observación.
El masaje como relajación también para después.
Y si el masaje sensual cargado de erotismo es una buena idea para el antes, también es muy recomendable para después porque el acto sexual puede ser intenso y satisfactorio pero no tan relajante como un masaje propiamente relajante, exento de un componente sensual.
Por tanto, comenzar y acabar con un masaje no es una mala idea y los turnos pueden siempre cambiarse, es decir, puede comenzar uno con el masaje erótico y acabar otro con el masaje relajante.
Del masaje relajante al masaje erótico.
La versatilidad del masaje como herramienta de seducción es algo a tener en cuenta porque uno nunca sabe cuándo puede calentarse la cosa si se están haciendo caricias, de ese modo, un inocente masaje relajante puede desembocar en algo más incluso entre amigos cercanos, cuando una mano roza aquello o una mirada cómplice se une a una presión más enérgica.
Es en ese momento cuando el masaje muestra su lado más arrollador y permite pasar de una situación a otra y de ahí a otra, sirviendo como punto de inicio y de continuación.
La flexibilidad del masaje relajante como parte del encuentro.
El masaje es tan poderoso como acción de estimulación porque dispone de su propio lenguaje, uno que puede incluso ser aprendido sin conocerlo, a través de la práctica.
El masaje sensual y erótico evoluciona con su propia dinámica desde los primeros roces y contactos, accediendo a unas y otras zonas, aplicando diferentes presiones y siendo irregular e inesperado a la vez que busca la pausas que generan la ansiedad de lo esperado y de una posible evolución hacia más.
Por tanto, no es necesario ser un experto a la hora de hacer masajes si no que lo que hay que tener es voluntad de hacer sentir a tu pareja y a la vez aprender de lo que le provoca placer, el secreto consiste en aplicar pequeñas dosis de cada acción para así, en caso que guste, que siempre quede el deseo de obtener más y si no le agrada, detenerse sin haber profundizado.
El masaje sensual es dar y tomar.
El masaje es una entrega y un intercambio a la vez, en una situación donde tanto el que hace el masaje como el que lo recibe puede sentir satisfacción.
La parte más obvia es la que recibe el masaje, solo ha de dejarse llevar y dejarse hacer, pero también es una de las partes del binomio que no solo toma una sensación de manera casi egoísta si no que devuelve sensaciones a quién hace el masaje.
Los movimientos, las expresiones y si sucede, los gemidos, son la moneda de cambio que se ofrece a quién da el masaje, para que descubra que lo que hace surte el efecto deseado o para indicar que aquellas zonas y movimientos son más apreciados.
Así, nuevamente, se establece una comunicación, un “toma y daca” de sensaciones que van tanto en un sentido como en otro y es que tan excitante puede ser recibir un masaje sensual como ver los efectos de aplicarlo en otra persona.
El dar masajes es para novatos y experimentados.
El masaje es una zona libre de críticas o tabúes porque no importa si eres experimentado o es tu primera vez, la intención de agradar y provocar placer es lo que cuenta y aunque sí que es cierto que un masajista experimentado puede alcanzar mayores cotas de placer y satisfacción, el masaje es algo que debes probar y atreverte a experimentar a la vez que aprendes al mejorar.
Si por el contrario, eres alguien experimentado, puedes tener la satisfacción de otorgar a tu pareja con buenos momentos y también disfrutar de la experiencia de enseñar algo que se puede compartir y que además se puede aprender de manera práctica y divertida.
El masaje erótico en los fetiches.
El masaje es una herramienta tan versátil a la hora de explorar la intimidad que diferentes vertientes de la sexualidad lo han hecho suyo, como es el mundo de los fetiches.
En este tipo de prácticas el masaje relajante aplicado con las manos deja paso a otros elementos como pueden ser plumas, donde el efecto puede no ser directamente relajante si no provocador de otras sensaciones pero que mantiene los objetivos y dinámicas de un masaje con un enfoque más convencional.
Conclusiones: el masaje como forma de entrega.
No importa como lo llamemos, si es masaje relajante, masaje sensual o masaje erótico, todos los tipos de masajes son un gran añadido a las relaciones y pueden convertirse, si se consiguen dominar y aplicar con entrega y pasión, en algo que no siendo el eje central o el objetivo de la relación, se convierta en parte inseparable de ese momento.