Las técnicas y movimientos, así como muchos de los enfoques que buscan la relajación en los masajes de hoy en día beben directamente de los que se hacían en la antigüedad y hoy vamos a profundizar un poco más en las raíces de los masajes, porque ya hablemos de una masaje relajante, un masaje erótico o uno sensual, todos ellos se basan en unos principios semejantes.
El origen de los masajes.
El inicio de los masajes se remonta al lejano oriente, en China, donde el primer registro escrito data de 2698 años antes de Cristo y en el que curiosamente se describe el uso del masaje y de los beneficios que conlleva, con lo que está claro que ya tenían un conocimiento del mismo y no era un texto sin mayor relevancia.
En Egipto también se recogen en papiros como una terapia para mejorar la salud en torno al 4000 antes de Cristo y en la India, desde el 1800 antes de Cristo. Es interesante el caso de la India ya que fue en este país donde se publicó el libro de la Ayurveda, el primer libro médico de la zona y que ya incluía los beneficios del masaje.
Japón es otro de los puntos de interés en este transcurso histórico ya que sobre el año 1000 antes de Cristo, los monjes budistas que venían de China y que habían sido formados sobre el arte del masaje, adaptaron las enseñanzas recibidas, creando el Anma y que un largo tiempo después, en 1940 de nuestra era, fueron recogidas y reorganizadas con otras técnicas de masaje creando el Shiatsu.
En la Grecia antigua, rondando el 800 a 500 antes de Cristo, donde lo incluían con una buena dieta, sueño y junto a otros placeres como la música, conocimientos luego heredados por los Romanos.
El masaje en la sociedad antigua.
Es relevante tener en cuenta que en algunas de estas sociedades antiguas el masaje era proporcionado no solo desde el punto de vista terapéutico y que el enfoque social al que iba dirigido cambiaba en gran manera.
Por ejemplo, los Egipcios, era un privilegio de la clase alta y aunque tenía una motivación espiritual, también se utilizaba para otros menesteres más mundanos como el de adelgazar.
En Mesopotamia se utilizaban ya aceites para complementar la práctica del masaje.
Siguiendo una evolución temporal, los griegos lo utilizaban como herramienta para mantener en forma a los atletas que competían en los Juegos Olímpicos y es precisamente en Grecia donde comienza a haber una eclosión de estudiosos.
Es muy posible que este interés por el masaje en la antigua Grecia venga determinado por la fijación con el canon de belleza donde también los practicaban todas las clases sociales, aunque los más pudientes podrían disfrutar de baños.
Y en Roma, otra de las civilizaciones de referencia de la antigüedad, nos encontramos con una democratización del masaje, donde cualquiera podía acceder al mismo gracias a las termas y baños públicos, lo que además nos indica la inclusión de otro elemento a la hora de complementar o practicar diferentes técnicas y enfoques.
El masaje erótico tras la época clásica.
Estos conocimientos y prácticas pasaron de las civilizaciones primigenias a otros pueblos como el Griego y Romano y de ahí al mundo occidental de hoy en día pero de una manera muy tardía ya en la edad moderna con el denominado como masaje Sueco.
El retraso en la aplicación del masaje en Occidente, al menos en el actual, donde no ha llegado a practicarse hasta la aplicación del masaje Sueco en la edad moderna, puede deberse en gran medida a la Edad Media, no solo por su oscurantismo y pérdida de los conocimientos previos si no también por la influencia religiosa de una práctica que exigía un contacto y que podría ser considerada como pecaminosa.
No es que no hubiera defensores del masaje como una ayuda a la hora de paliar el dolor o de realizar tratamientos, pero sus esfuerzos cayeron en vano hasta el Renacimiento y la Ilustración donde la importancia del yo y de colocar al ser humano en el centro, comenzó a reactivar el estudio del masaje preparándolo para el futuro.
Entrando ya en la faceta más sensual, al margen del propio masaje tantra que requiere como mínimo al menos un artículo y que podría sin lugar a duda ser calificado como el masaje erótico de referencia, hemos de admitir que sería ingenuo considerar que esta evolución y conocimiento del masaje únicamente tuviera una vertiente médica o sanadora.
Hay que tener en cuenta que al margen de cualquier práctica técnica, el ser humano aplica el masaje ya de manera instintiva, por ejemplo, ante un golpe y que las caricias forman parte de nuestro arsenal de comunicación, con lo que es muy posible que el masaje erótico formara parte de las prácticas tanto en la antigüedad como en otras épocas, refinándose cada vez más, incluyendo cada vez más elementos y como hemos visto, teniendo en cuenta el ambiente con música, baños y aceites para masaje.
Hoy en día el masaje relajante y sensual es una práctica aceptada y con multitud de variantes que probar en diferentes intensidades y situaciones con lo que deberíamos de sentirnos afortunados por tener estas posibilidades para disfrutar y sentirnos mejor.